RESEÑA: PERCY JACKSON Y LOS DIOSES DEL OLIMPO II. EL MAR DE LOS MONSTRUOS.

TÍTULO: PERCY JACKSON Y LOS DIOSES DEL OLIMPO II. EL MAR DE LOS MONSTUOS.
AUTOR: RICK RIORDAN.
PUNTUACIONES:
ARGUMENTO: 8
PERSONAJES: 8.5
DESENLACE: 8
NOTA TOAL: 8

La primera aventura de Percy como hijo de un dios ha salido bien, pero en esta segunda entrega se dará cuenta de que nada es lo que parece y que desde luego no está a salvo. De hecho, el lugar más seguro del mundo, el campamento mestizo, está siendo atacado y sus defensas se encuentran prácticamente inutilizadas. Percy y sus amigos se verán obligados a emprender un gran viaje para intentar salvar a todos.
(PARA CONOCER MÁS SOBRE LA SAGA PERCY JACKSON LEE LA RESEÑA DEL PIMER LIBRO AQUÍ)

En esta ocasión, volvemos a encontrarnos con Percy y todo su mundo, esto es, todo lo relacionado con los dioses y la mitología griega. Sin embargo, hay algunos cambios. Para empezar Percy ya no es el niño asustado y con retraso escolar que se nos presentaba en la primera entrega, sino que ahora es un chaval que conoce todo su potencial y que está dispuesto a ponerlo en práctica. En esto, y desde el principio, ya podemos observar la evolución de los personajes en este sentido, todos son más maduros y conscientes de su situación, de que son hijos de dioses y que por ello tienen importantes responsabilidades que cumplir.

El campamento mestizo y por tanto todos los semidioses está en peligro. Han sido atacados por alguien que ha conseguido inutilizar las defensas con las que cuenta el campamento y a Percy y a sus amigos sólo se les ocurre un instrumento capaz de volverlo todo al lugar en el que se encontraba: el vellocino de oro, un instrumento mitológico con poderes curativos. A partir de aquí se emprende un viaje lleno de aventuras para rescatar el mágico vellócino y de paso a Grover, de quien desde que se marchó, no se sabe nada y del que Percy cree, se está poniendo en contacto con él a través de sueños.

Conoceremos a nuevos personajes, como el amigo grandote de Percy, y descubriremos aspectos hasta ahora desconocidos de otros, como Clarisse, quien en esta ocasión cobre mayor protagonismo que en la primera, de lo cual me alegro. Clarisse es la hija del dios de la guerra Ares, y su agresiva personalidad da un juego del que no se debería prescindir en la novela, pues aporta la parte guerrera (nunca mejor dicho) a un libro juvenil marcado por valores humanos. Mención especial merece el encuentro (del que no contaré mucho para no spoilear) en el que un monstruo confunde a Grover con una chica vestida de novia con la que casarse, por ser especialmente divertido.

Precisamente esto es una de las cosas que más de gusta de este libro, su falta de pretensiones. Es evidente que con él aprenderemos algo de mitología griega (cosa que adoro), pero a parte de eso queda claro en todo momento que es un libro DE AVENTURAS, nada más, ni nada menos. No se pretende mas que entretener al lector y llevarlo por escenarios fantásticos en los que deje libre su imaginación y viva las más diversas aventuras, y eso es fantástico. Desde aquí me alegro de que vuelvan los libros de aventuras de toda la vida, con esas historias bien construidas y con hilo cronológico claro, en las que pasas un buen rato de verdad.

Por otro lado, el desenlace de la historia es el mejor posible para dejarnos con ganas de más. En cuanto lo termines querrás seguir leyendo, y es que el escritor ha relacionado el final de este segundo libro con algo que se nos cuenta en el primero de una forma que alimenta las expectativas de la saga y que a la vez hace parecer realmente necesario la publicación de posteriores libros.

Por todo esto, os recomiendo el libro, diciéndoos, eso sí, que se trata de una saga marcadamente juvenil, con diálogos ágiles y desarrollo rápido que no se detiene más que en lo principal sin dar lugar a ningún detenimiento en aspectos colaterales, algo que evidentemente en este caso, no es malo ni le quita credibilidad a una historia como ya he dicho, de aventuras.