Como dije en mi reseña de "Cuentos de Bereth", terminé de leer el libro hace una semana y estoy completamente impresionada.
Hacía tanto que no sentía el espíritu de los cuentos clásicos en ningún libro, esos cuentos que me encantaban cuando era pequeña y que aún lo hacen, que me he enamorado del libro. Pero sobre todo me he enamorado de Duna, esa campesina hija de esclavos que ha crecido bajo el amparo y la benevolencia de una vieja y amable "diseñadora de futuros" que ha conseguido hacer del suyo y del de su amiga Cinthya uno muy especial. Ambas han crecido como hermanas y se quieren como tales, pero mientras Cinthya representa mejor el modelo de lo que se supone debe ser una señorita de su tiempo, Duna es una chica mucho más avanzada.
A su edad, y no es más que una adolescente, ya está harta de que la tomen por una niña, así como de que la degraden por el mero hecho de ser mujer. Ella vale tanto o más que cualquiera de sus compañeros de escuela (bueno, en realidad las escuelas están separadas, una por cada sexo) y por eso no tiene ninguna intención de hacer lo que se espera de ella, esto es, casarse con un hombre mediante un matrimonio concertado, tener muchos hijos y cuidar su hogar y a su maridito.
Pues el caso es que Duna, con todo esto que os he dicho, podría representar por un lado, a una Lady Godiva sin ningún cambio, pues, aunque vestida, es igual de rompedora. Y por otro, a una Julieta un tanto peculiar, pues también es capaz de dejarlo todo por amor.
Y es que este personaje lleno de perspicacia e impregnado del más clásico espíritu de "la Cenicienta" no os dejará indiferentes. Os sentiréis identificados con ella enseguida, porque con este tipo de personajes, aunque no tengamos en realidad mucho en común con ellos, (SPOILER SPOILER SPOILER SPOILER) pues no creo que nadie viva acogida en una chabola, trabaje en un palacio, se enamore de un príncipe y vuele en un drágon, siempre se empatiza, y ello es por su fuerza interior, porque desprenden una fuerza que nos llena, y que nos lleva a pensar lo mismo que ellos (me he visto en más de una ocasión aconsejando a Duna en silencio) y a sentir que vivimos lo mismo que ellos (ahora que lo he terminado sólo quiero volar en un dragón).
Por lo tanto, dejaros llevar por este personaje y este libro, no intentéis buscar nada en particular porque el conjunto y ese olor a cuento es lo mejor y lo iréis encontrando sin la necesidad de ir a por él.
